La farmacología en pacientes en áreas críticas implica el uso de medicamentos para manejar condiciones severas y potencialmente mortales. La administración y selección de fármacos requieren un enfoque cuidadoso, tanto en adultos como en pediátricos, debido a las diferencias en farmacocinética y farmacodinamia.
Paciente Adulto
- Medicamentos Comunes:
- Vasopresores: Utilizados para mantener la presión arterial en pacientes en shock (ej. norepinefrina, dopamina).
- Sedantes y analgésicos: Para el manejo del dolor y la sedación en pacientes ventilados (ej. midazolam, fentanyl).
- Antibióticos: Para tratar infecciones graves, seleccionando según el perfil de susceptibilidad.
- Consideraciones:
- Ajuste de dosis según función renal y hepática.
- Monitorización continua de efectos adversos y respuesta terapéutica.
Paciente Pediátrico
- Medicamentos Comunes:
- Vasopresores y inotrópicos: Usados con precaución, dado que la respuesta puede ser diferente (ej. epinefrina, dobutamina).
- Antibióticos: Selección basada en el peso y edad del paciente, considerando posibles efectos en el desarrollo.
- Consideraciones:
- Dosis basadas en el peso y superficie corporal.
- Mayor susceptibilidad a efectos adversos; se requiere un monitoreo más estricto.
Consideraciones Generales
- Interacciones: Deben ser vigiladas cuidadosamente, ya que los pacientes críticos suelen recibir múltiples fármacos.
- Monitorización: Es fundamental para evaluar la efectividad del tratamiento y ajustar dosis según sea necesario.
La farmacología en áreas críticas es compleja y requiere un enfoque individualizado para garantizar la seguridad y eficacia en el tratamiento de estos pacientes vulnerables.